Transición

Llegar a una tercera dimensión es la libertad que tenemos los artistas para ver más allá, de la realidad cotidiana. El artista puede ir de un espacio a otro. Yo tengo más de 50 años de estar evolucionando y esto me permite incursionar en estas dimensiones sin perder mi lenguaje artístico.

De niño yo soñaba mucho, este lenguaje inicia con sueños y sorpresas, espacios entre la realidad y el sueño; es como estar entre dormido y despierto. En este estado de la conciencia puede verse entre las diferentes dimensiones. Es todo lo contrario de lo que nos dice la academia artística, primero la realidad y luego el abstraccionismo, sin embargo, este último siempre ha existido antes de que existiera la realidad, mucho antes de la misma creación. En el arte abstracto cada espectador tiene una interpretación diferente, inclusive de lo que el artista quiso plasmar, al integrar elementos de lo cotidiano, esto le da una guía al espectador para llevarlo de la mano con lo que el artista quiere transmitir en su obra. El artista que llega a esta dimensión no necesita hablar de su obra, esta habla por sí misma. De esta manera le da libertad al espectador para que sueñe tanto como el artista. Es ahí donde el espectador es un invitado del sueño emocional y espiritual del artista.