La magia brotó de las experiencias de mi vida cotidiana, me salí de lo común, de lo conocido. Como un artista autodidacta me aferro a la realidad diaria para poder crear un mundo propio, inspirado en el entorno de mi vida; mediante la observación de las montañas, los ríos, los árboles, la noche y el día. En estas vivencias diarias sentí la mano del creador, me fue guiando y evolucionando de un espacio a otro. Esta obra no necesita explicación; el espectador esta observando una primera y segunda dimensión que transciende en un acto mágico cuando este se conecta con la obra. 

 ¿Si me preguntaran quien es el pintor más increíble que ha existido? Sin duda les respondería que es el Creador universal. He plasmado en mis obras la naturaleza y la he llenado de magia heredada por este Creador. Todas las personas con sensibilidad sin importar su credo sienten atracción en esta obra, en ellas trasciende las dimensiones que todos observamos y eso es lo que trato de alcanzar.